Con la pandemia de coronavirus, el problema de la salud mental se ha convertido en objeto de debate social y en uno de los retos sanitarios a abordar en los próximos años. Se trata de un problema a veces difícil de detectar, que en muchas ocasiones encuentra dificultades para tratarse y pocas veces está bien visibilizado. Sin embargo, los datos dan testimonio de su magnitud, pese a que no siempre es un tema que está presente en el debate público.
Según datos oficiales, en 2019 en España 5 de cada 100 personas estaban diagnosticadas con depresión, y el mismo dato se refleja respecto a los trastornos de ansiedad. En esta línea, y según datos de la OCDE, España es uno de los países líder en el consumo de ansiolíticos y antidepresivos. En cambio, también es uno de los países con menos sanitarios para tratar la salud mental.
En lo que respecta al ámbito autonómico, según datos del INE, en 2020 la Comunidad Valenciana (9,8 %) tenía de las mayores prevalencias de cuadro depresivo entre los mayores de 15 años.
Esta alarmante situación que se ha visto acrecentada por las consecuencias de la pandemia, debería ser objeto de políticas públicas y así como dotarse más recursos por parte de los poderes públicos a paliar esta problemática.
Desde la perspectiva de una asociación dedicada al trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), es crucial destacar la importancia de abordar el problema de la salud mental en su totalidad, incluyendo no solo la depresión y la ansiedad, sino también condiciones como el TDAH.
La pandemia de coronavirus ha exacerbado los desafíos que enfrentan las personas con TDAH, desde la interrupción de rutinas hasta el aumento del estrés y la ansiedad. Es fundamental reconocer que el TDAH es una condición neurobiológica real que requiere una atención integral, que incluya tanto la terapia como la medicación cuando sea necesario.
Es preocupante observar la falta de recursos y profesionales especializados en salud mental, especialmente en el ámbito de la Comunidad Valenciana. Esta situación no solo afecta a las personas con depresión y ansiedad, sino también a aquellos que luchan contra el TDAH y otras condiciones similares.
Apoyamos firmemente la llamada a políticas públicas que aborden de manera integral el problema de la salud mental, incluyendo el aumento de recursos y la formación de profesionales especializados. Es fundamental que se visibilice y se reconozca la magnitud de esta problemática, y que se tomen medidas concretas para garantizar el acceso equitativo a la atención y el tratamiento para todas las personas que lo necesiten, incluidas aquellas con TDAH.
Juntos, podemos trabajar para construir una sociedad más inclusiva y compasiva, donde todas las personas tengan acceso a la atención y el apoyo que necesitan para prosperar.